martes, 26 de marzo de 2013

El escrache.

 




Sigo aquí, no me ido. Aunque ganas me dan de salir de este país al que se están cargando poco a poco nuestros políticos, bancos, grandes rentas y el poder financiero.
Pero será porque soy como la vieja y fiel infantería de los tercios en Flandes, que a pesar de su rey infame y de no recibir sueldo más que tarde mal y nunca, se batían el cobre en nombre de su rey y su país. Porque iba en el oficio.

Ayer me enteré de que algunos diputados del PP están siendo acosados, atosigados, molestados en sus domicilios por asociaciones en defensa de los desahuciados. Esto es lo que se llama escrache, que es reprobable, porque según argumentan aquellos, "el domicilio privado es sagrado". Pero...¿no era sagrado el domicilio de las personas desahuciadas?, ¿qué deben hacer los que han sido expulsados de sus domicilios, desahuciados, lanzados o como diablos quieran llamarlo?, ¿sentarse y esperar que la solución caiga del cielo?, ¿agradecer el trabajo que "sus señorías" están realizando en pos del interés general para solucionar los desahucios?. Porque digámoslo por enésima vez: se les votó para que llevaran a cabo su programa y a la vez que defendieran el interés general, que no es el de los bancos. Y no está haciendo ni lo uno ni lo otro.
¿Qué legitimidad tiene un gobierno y sus miembros si no realizan las funciones para las que fueron elegidos?, repuesta: NINGUNA.
Dicen que el escrache es una forma de acoso típica de regímenes fascistas o fascistoides. No es cierto, en estos regímenes no se permiten estas cosas. Es el propio régimen el que lo realiza..
Aquí lo que ha sucedido es que nuestra democracia no es tal. Los políticos no defienden el interés general , y este gobierno menos.
Los ciudadanos ya están hartos y quieren soluciones a los gravísimos problemas que sufren, y antes de coger la escopeta están intentando todo lo posible para que se arreglen las cosas. El escrache es una de estas acciones. Pero ellos, el poder en todas sus formas, siguen sin escuchar.
Estamos en una situación prerevolucionaria, la gente no puede más, y aunque sigue habiendo personas con vida relativamente cómoda, no sé cuánto podrá aguantar el resto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario