
V de vacaciones. Tan necesarias como una buena siesta.
El año es muy largo y cuando llega el verano, los currantes, que no los políticos, necesitamos de unos días de descanso, desconectar de las labores y quehaceres diarios para dedicarnos al noble arte de perrear. Perrear en casa, la playa, la montaña, el pueblo o en Pernambuco. Entiéndase por perrear hacer lo que a uno le salgo del ciruelo, es decir, pasear, leer, ir a la piscina, visitar ochocientos pueblos y lugares en siete días, correr, ver televisión o lo que quiera que a uno le apetezca hacer, eso que el resto del año uno no puede o lo hace muy poco.
Ah, y entre esas cosas beber alguna que otra cerveza.
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