sábado, 10 de agosto de 2013

El bocadillo mágico

 


Un niño se dirige a su profesora y le espeta: "Profesora, hoy para desayunar traigo un bocadillo mágico: pan con pan. Y yo decido qué lleva dentro".

Parece una frase sacada de los monólogos de Gila, pero es tan real como la vida misma. Ha sucedido hace pocas semanas y a mí al escucharlo se me encoge el corazón.

Uno oye esto y se pregunta: ¿qué sentirán los políticos cuando oigan estas noticias?, ¿creen que son proclamas de la izquierda radical y antisistema? o acaso se les remueve algo dentro.

Muchos de nuestros niños, sí de los que hay en toda España, están pasando hambre debido a que sus padres no tienen para darles de comer. Y la sociedad, a través de todos sus resortes, se muestra incapaz de dar una solución a este problema vergonzoso. Siendo la cuarta economía en la Unión Europea, que nuestros niños pasen hambre es, simplemente, inaceptable.

Según datos de la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición), uno de cada cuatro niños menores de 16 años en España sufre malnutrición, una situación desencadenada por la crisis-estafa y agravada por la desidia del gobierno español. Ya se ha pedido desde la CEAPA y varias organizaciones sociales a la ONU que tome cartas en el asunto y al estado español el cumplimiento del Pacto Internacional para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas del que es signatario. . Nuestro gobierno, insensible a los problemas de pueblo, mira para otro lado.

La reducción o la eliminación de la ayuda a los comedores escolares ha sido el hachazo que ha ternimado de segar la protección a los derechos fundamentales más básicos, esto es, el derecho a la alimentación.
Mientras tanto en el Congreso de los Diputados o en la Asamblea de la Comunidad de Madrid se subvenciona la comida y bebida, incluidos cubalibres. Demencial.

El gobierno no puede dejar esto en una labor asistencial o caritativa, debe existir un política pública en materia de derecho a la alimentación.

Gran parte de la sociedad española sigue mirando para otro lado ante esta realidad. Es la estrategia del avestruz, esconder la cabeza en el aguejero para no ver la realidad. Pero el león está ahí, y cuando venga a por nosotros nos devorará. Aunque tengamos la cabeza en el agujero.


No hay comentarios:

Publicar un comentario